Un trotamundos amigo mío, que ha estado en todas partes por lo menos dos veces, me contó que jamás olvidará su primer viaje en barco al sur de España. Un día, mientras estaba en cubierta admirando el paisaje, se perfiló a la distancia una enorme masa de roca que se elevaba sólida y gradualmente del brillante azul del Mediterráneo, <<¡Mirad, el peñón de Gibraltar!>>, gritó alguien en el barco. Debidamente impresionado, mi amigo tomó una instantánea para mostrar a los amigos y después, volviéndose a un adolescente aburrido que ocupaba la silla de cubierta inmediata a la suya, dio cauce a su vena poética. <<¿No es una maravilla? –comentó–. Toneladas de agua lo están bañando desde hace siglos, las tormentas lo han azotado, lo han atacado los ejércitos, las civilizaciones han surgido y se han eclipsado, pero el peñón sigue allí. Nada lo cambia ni es capaz de hacerlo mover>>. <<Si–bostezó el chico–. Me recuerda a mi padre>>.
Su padre había nacido en mayo. Y de esa manera se reconoce a
Tauro, el Toro. Los lugares mas adecuados para buscarlo serán una granja, un
banco o una agencia inmobiliaria, pero también se le puede encontrar pastando
en otras praderas. Hay Tauros ingenieros, estrellas de cine, oficinistas,
jardineros, reyes y reinas, deshollinadores, carniceros, panaderos y
fabricantes de velas. Pero el Toro se caracteriza siempre por su actitud fuerte
y silenciosa. Hasta que no llegue uno a conocerle un poco a fondo, sus
monosílabos mas largos serán probablemente <<Si>>,
<<No>>, <<Gracias>>, <<Hasta luego>>, y
frecuentemente <<Aja>>, como sustituto de <<No>>. Si al
nacer tuvo fuerte influencia de Géminis, Aries o Sagitario, es posible que sea
un poco mas garrulo y camine con mas flexibilidad, pero el Toro típico es
preferentemente lento en el movimiento y parco en el hablar.
Como Gibraltar, es só1ido y firme y nada altera su
tranquilidad. Se le puede arrojar agua encima o encenderle fuego entre los
pies. Se le puede golpear el pecho con los puños cerrados, clavarle el fuego de
miradas hipnóticas o gritarle a voz en grito: Tauro no se moverá un centímetro.
Una vez tomada su posición, se cruza tranquilamente de brazos y se sienta sobre
los talones. Exhibe un mentón bastante prominente, dilata las narices, echa
atrás las orejas... y tú te aguantas.
Es raro que el Toro se lance a atropellar a alguien. Lo que
quiere es simplemente que le dejen solo. No le molestes y se sentirá
satisfecho. Presiónale y se mostrará obstinado. Empújale demasiado, fastídiale
en exceso, y prepárate entonces para una furia violenta. Es capaz de aguantar
durante meses y años, exhibiendo un dominio y un control perfectos, aspirando
la fragancia de las flores y haciendo caso omiso del nervioso bullicio que le
rodea. Hasta que algún día inesperado un imprudente le ponga una pajita de mas
sobre los anchos lomos. Entonces bufará, empezará a arañar la tierra, entornará
los ojos... y se lanzará a la carga. ¡Apártate del camino con toda la rapidez
que puedas y corre para salvar la vida! La irascibilidad taurina rara vez se
despliega de manera impulsiva, pero cuando el Toro se enfurece es capaz de
destruir todo lo que encuentra en su camino, aunque sea un Escorpio. Pero
destruir no es la palabra; demoler habría que decir más bien. Y puede pasar un
tiempo antes de que se deposite de nuevo el polvo y vuelva a reinar la paz. Hay
Tauros con tanta capacidad de control que en toda su vida no cargan mas que una
o dos veces. Hasta los de genio mas vivo apenas si estallan un par de veces al
año, y ya es mucho. Con todo, es mejor tener presente que, por lo general,
Tauro no se enoja o fastidia só1o un poquito. Si el incidente es lo bastante
importante como para quebrantar la normal placidez de sus emociones, lo que hay
que esperar no es un enojo cualquiera, sino una furia ciega.
Se de un Tauro a quien su mujer jamás había visto
encolerizado durante todos sus años de casados, hasta que se suscitó un
incidente en un atestado restaurante. Un borracho de los fastidiosos se acercó,
tambaleante, a la mesa e hizo un comentario subido de tono. La mujer esperaba
que su marido afrontara la situación con su firmeza y su autodominio
habituales, y se quedó tan atónita como el resto de los clientes cuando
súbitamente Tauro se levantó, derribó dos mesas, levantó al hombre en vilo y lo
mandó volando al otro extremo del salón, donde se estrelló contra el tablero de
los músicos. El incidente fue mudo. Espero que esto inspire al lector la
cautela adecuada. Antes de hacerle siquiera un guiño a una desconocida, mas
vale saber que día cumple años su acompañante.
Cabe esperar que muchas personas nacidas en mayo se parezcan
a un toro... los hombres, claro, aunque las mujeres nacidas bajo este signo
tendrán una intangible e imprecisa cualidad bovina. La mirada de las mujeres
Tauro será serena y límpida, pero fija. Se mueven con gracia e indolencia, pero
algo en ellas sugiere una fuerza oculta. En cuanto a los hombros, el pecho o la
espalda –o las tres cosas– anchos y fuertes. Alto o bajo, el cuerpo será bien
proporcionado. Las orejas suelen ser pequeñas y pegadas a la cabeza. Cuando
comen, mastican con lentitud y por lo general tienen una digestión excelente.
Es fácil encontrar un mechón de pelo (como la guedeja del toro) o un rizo que
cae en el centro de la frente. Aunque no todos, muchos Tauros tienen el pelo
rizado u ondulado, y casi siempre oscuro, como los ojos y el cutis. Incluso los
escasos Tauros rubios, de ojos y de tez clara, jamás darán la impresión de
fragilidad, ni mental ni de carácter.
Claro que no se puede esperar que todos los de este signo se
parezcan a Ferdinando el toro o a la vaca Clarabella. Es verdad que
generalmente son de cuerpo grande y generoso, que a veces no só1o es musculoso
sino rechoncho y hasta gordo. Pero Si nos hacemos demasiado a esta imagen, no
reconoceremos los Tauros flacos, y a ellos también es importante distinguirlos.
¿Qué harás, lector, cuando enciendas la televisión y en la última película de
la noche te presenten algún Tauro como Bing Crosby, Fred Astaire o Gary Cooper?
No te dejes engañar por ellos. Con toda la ligereza de pies que le da Piscis, y
el vaporoso encanto de Géminis, Fred Astaire es un Tauro, de tierra, y eso no
pueden cambiarlo las demás influencias planetarias de su carta natal.
Pregúntaselo a su amigo el coreógrafo Hermes Pan, o a cualquier otro que esté
próximo a esa leyenda danzante.
Intenta averiguar lo que
cuesta conseguir que sus ágiles pies vayan hacia donde él no quiere ir, o que
haga algo que no quiere hacer. Bing Crosby también es famoso por su
personalidad imperturbable, serena y campechana. (Probablemente el que iba en
el barco era uno de los hijos de Bing.) Y en cuanto a Gary Cooper, fíjate otra
vez en la estampa flaca y larguirucha del héroe de tantas películas del Oeste.
Sus pies dan la impresión de que crecieran directamente del suelo, como si
tuvieran raíces. Se mueve por la pantalla del televisor con lenta deliberación,
y el número total de oraciones completas que el actor pronuncia en aquellos
viejos westerns apenas si llegará a una docena. ¿El actor? Pero si con el
venerable sistema hollywoodense de repartos, Gary Cooper siempre hizo unas
interpretaciones estupendas de Gary Cooper. Y, como sucede con muchos otros
Tauros que encontramos lejos del escenario y de las cámaras, las escenas de
amor de Gary Cooper nos muestran a una romántica muchacha que llora: <<Te
amo locamente, apasionadamente. No puedo vivir sin ti. Eres toda mi vida, amor
mío. Dime que te importo. Dime que sientes lo mismo que yo. ¿Me amas, de
verdad?>>. Y ¿qué respuesta obtiene la pobre chica por semejante torrente
de sentimientos? <<Si>>, (Pero puede ser curiosamente
satisfactoria.)
Tauro se siente
intensamente atraído por el sexo opuesto, pero entre sus costumbres no se
cuenta la de perseguir activamente ningún tipo de placeres. Prefiere atraer a
la gente hacia él. ¿Por qué ha de desperdiciar sus energías persiguiéndolos por
el campo? Con una pequeña excursión, a una granja y una sagaz observación de
las leyes de la naturaleza, quedará en claro la forma en que se activan las
emociones taurinas, tanto en cuestiones de amor como de amistad. La pasividad
es el comportamiento típico. Tauro prefiere recibir hospitalariamente en su
casa, antes que molestarse en ir de visita. El esfuerzo que requiere alcanzar
una popularidad centelleante no está hecho para la naturaleza del Toro. Si lo
quieren, pueden llamarlo, que él estará. Si le arrojas el anzuelo de la
camaradería o del romance, él lo recogerá, si le interesa. Y además, sabrá que
hacer con él, lo que no siempre sucede con otros signos más gregarios.
Es raro que Tauro se
preocupe, se irrite o se coma las uñas. Es posible que si las cosas no van como
él quiere, cavile y ponga cara larga, pero no es del tipo nervioso e inquieto.
Estoico por naturaleza, se toma las cosas como vienen, y nada es capaz de alterar
esta inclinación fundamental.
Conozco un Tauro que es
a la vez abogado y funcionario contable, una doble carrera que para cualquiera
supone un esfuerzo considerable, especialmente cuando vencen los plazos de
impuestos. Admito que este Tauro se muerde un poco las uñas. Está bien, se las
muerde mucho. Habla mas rápido que yo (que hablo bastante rápido) y hasta tiene
un par de arrugas de preocupación en la frente. Pero en su carta natal hay una
fuerte influencia de Géminis a la que se debe esa aceleración engañosa, y si
uno mira por detrás del torbellino de su dinámica imagen exterior, seguirá
encontrándose con un Tauro. Su cerebro es capaz de calcular con la rapidez del
rayo, pero las decisiones las toma con lentitud y cuidado. Sus acciones son
predecibles, su carácter fuerte, y podéis preguntarle a su esposa si se deja
persuadir cuando ella quiere convencerle de que se vista para salir, una noche
que él tiene ganas de quedarse en casa. Preguntad también a sus clientes que
intentan conseguir que cierre rápidamente un trato. El Toro escucha con
paciencia y de buen modo, pero los papeles no se firman hasta que él no esté
convencido de que la operación es buena. Oh, vaya si es un Tauro, pese al
ingenio y a la agilidad de Géminis. La rapidez en la acción no se cuenta entre
sus vicios. Tauro acomete con lentitud, y esta no es una falsa inferencia.
Los nativos de Tauro son
gente hogareña. Es raro el Toro al que no le encanta regodearse bajo su propio
techo y relajarse en un ambiente cómodo y familiar. El cambio lo altera (a
menos que tenga la Luna
o el ascendente en Géminis, Sagitario o Acuario). Si el Tauro que conoces,
lector, no es propietario de su casa, no dudes de que piensa en serlo, y algún
día lo conseguirá. Tauro es terrestre y, de alguna manera o de otra, el amor de
la tierra le tocará algún día. Si no puede evitar vivir en un atestado edificio
de apartamentos, tendrá probablemente en la ventana una maceta llena de
geranios o de petunias.
Cuando el bullicioso
estrépito de la ciudad ejerza sobre él demasiada presión, se irá decididamente
con su caña de pescar en busca de un lugar pastoral y tranquilo. Que el mundo
se ponga a girar con demasiada rapidez para él y amenace marearlo, y Tauro se
irá simplemente a tomarse un descansito hasta que amaine. Si no tiene la
escapatoria de la caña de pescar o de la maceta en la ventana, es posible que
se dedique a los negocios inmobiliarios y que se ocupe de resolver los
problemas de vivienda de otros, lo cual le permitirá de vez en cuando darse una
vueltecita por los suburbios. Por remota que sea, siempre tiene una conexión
con la tierra, que puede ser andar por los alrededores del hipódromo o dar su
paseo de los domingos por un parque, embebiéndose del espectáculo y la
fragancia de la naturaleza.
El Toro es sano y de
constitución fuerte. No es muy fácil ponerle de espaldas, pero cuando cae en
cama es posible que sea lento en recuperarse, debido en parte a su obstinada
negativa a obedecer a los médicos. Su inclinación natural a evitar el optimismo
tampoco favorece una recuperación rápida. Las zonas susceptibles de infección y
de accidentes son la garganta, el cuello, las piernas, tobillos, órganos
reproductores, espalda y columna vertebral. Los resfriados le acarrean con
frecuencia dolores de garganta, y el exceso de peso producido por el legendario
amor taurino de la comida y la bebida, de la comida sobre todo, puede imponer
un esfuerzo excesivo al corazón y convertirse en causa de problemas
circulatorios, debilidad en los tobillos, venas varicosas y otras dolencias
crónicas. Otra posibilidad es la gota, pero sin embargo, si evitan la obesidad,
el letargo y las infecciones renales, la mayoría de los nacidos en mayo pueden
gozar de mejor salud que el resto de sus semejantes. Digamos las cosas como
son: si el Toro bebe en exceso o se vuelve gordo y haragán, perderá su físico
espléndido y su robusta salud. Una de las principales causas de sus
enfermedades es la falta de ejercicio y de aire puro. Su organismo lo necesita
siempre, por más que su voluntad obstinada pueda negárselo.
Y ya que hablamos de
obstinación, digamos que de nada sirve decirle a Tauro que es obstinado (u
obstinada). Tal como el mismo se ve, el Toro no es nada terco. Es paciente.
Cuestión de semántica. Tampoco es cabeza dura, solamente firme y sensato. Ni
aunque en ello le fuera la vida podría entender por qué la gente le juzga de
manera tan injusta.
La verdad es que Tauro
es todo lo obstinado que puede serlo un ser humano sin llegar realmente a
convertirse en piedra. Parece que a los Tauros les hubieran encolado no só1o a
su asiento sino a sus opiniones. Un marido Tauro se negará a acompañar a su
mujer a la casa de una amiga si allí no hay sillas lo bastante cómodas para que
él se siente. Inútil que ella se lo ruegue: él no irá. A su vez, la mujer Tauro
que no aprueba a los amigotes de su marido, simplemente no les habla. Así y
todo, es verdad que los Toros pueden hacer gala, con justicia, de la virtud de
la paciencia. Más de uno soporta, durante años y sin quejarse, cargas
emocionales y físicas, y cuantos más problemas se le juntan, más fuerzas
encuentra Tauro para afrontarlos. Su lealtad y devoción a la familia y a los
amigos excede a veces los límites de la comprensión. Son muchos los hombres y
mujeres Tauro que se merecen medallas de oro por su valor para soportar golpes
del destino que habrían derrumbado sin remedio a los nacidos bajo otros signos.
Espléndido. Estoy de acuerdo en que se le dé a Tauro una cinta azul en
reconocimiento de su fortaleza. Pero eso no cambia el hecho de que es
obstinado.
Muy pocas son las cosas
que le quitan el apetito. Por lo común, el Toro puede comer cualquier cosa,
desde pimientos fritos a tarta de chocolate con crema batida, pasando por nabos
y entremeses, y todo en la misma comida, sin sufrir la menor indigestión. El
rosbif y los bistecs suelen ser sus platos favoritos, y le encanta terminar con
los restos. Si le sumamos alcohol, Tauro puede parecerse muchísimo al rey
Enrique VIII de Inglaterra, regodeándose alegremente en un regio banquete.
(Claro que un ascendente Virgo puede hacer que viva de zanahorias crudas y
lechuga, acompañadas de zumo de ciruelas.)
Lo que hace cosquillas
al sentido del humor de Tauro son las comedias de bofetadas. Son muchos los
Toros a quienes se les escapa la sutileza de la sátira, pero se desternillarán
de risa cuando alguien se resbale con una cáscara de plátano o reciba un flan
en la cara. El humor de Tauro es terrenal y cálido, juguetón en el estilo de
Falstaff. Son personas que raras veces o nunca se muestran realmente crueles o
vengativas. Cosa extraña, es frecuente que cuando Tauro es cruel, en su carta
natal tenga muchos planetas en Aries. No parece que los dos signos combinen
bien en el mismo horóscopo, y un buen ejemplo de ello lo constituye Hitler.
Y si pasamos al tema del
dinero... es raro que el Toro y su dinero se separen. No todos los Tauro son
millonarios, pero tampoco se encontrarán muchos que estén haciendo cola para
tomar la sopa boba. A Tauro le gusta levantar imperios lentamente y con
seguridad. Empieza con cimientos bien só1idos y poco a poco va agregando un
piso cada vez, hasta haber edificado un negocio estable y consolidado una
cuenta bancaria a fuerza de músculos. Lo extraño es que a Tauro le gusta
acumular poder, lo mismo que efectivo, pero por el mero placer sensual de
poseerlo, ya que frecuentemente delega la acción en sus subordinados. Parece
que só1o con saber que el poder está ahí, junto con el dinero, la necesidad de
seguridad de Tauro queda satisfecha. ¿Por qué ha de tomarse el trabajo de ser
él quien maneje todos los hilos? Si para hacer eso están los Cáncer y los
Capricornio, mientras el Toro descabeza un sueñecito, aspira la fragancia de
una flor o mira pasar las chicas. A él le basta con que todo el mundo sepa
quien es el dueño de la pradera. Tarde o temprano, Tauro llegará a tener dinero
y, por lo general, dinero que le llega, se le pega. Tauro valora sus billetes y
sus propiedades tanto como valora su familia, pero no es tacaño. El corazón y
el bolsillo del Toro se abren con generosidad para los verdaderos amigos que se
encuentran en verdaderas dificultades.
Lo que es grande le
impresiona. Cuanto más grande es un edificio, mas imponente le parece, y si va
al zoológico no se detendrá ante los monos, pero se quedará mirando fascinado
al poderoso elefante. Tauro es capaz de hacer frente a animales enormes con un
valor increíble, pero en cambio se asusta de los ratones. Un tigre suelto no
conseguirá que al Toro se le mueva un pelo, pero una minúscula avispa puede
hacerle trepar al árbol más próximo, presa de nervioso pánico.
Los cuadros bellos y las
grandes sinfonías le conmueven profundamente. No hay Tauro que no conserve
alguna prueba del venusino amor del arte y de la música, aunque no sea más que
un viejo disco de Caruso o una postal con la reproducción de alguno de los
primeros Van Goghs, metida bajo la camiseta que usa cuando sale a pasear los
fines de semana. Son muchos los hombres y mujeres Tauro que tienen buena voz.
Algunos son cantantes profesionales, otros entonan sus gorjeos en la bañera,
sumergidos en un baño de espuma y sonando con una dorada seguridad. De una
manera u otra, la música estará siempre presente en la vida de Tauro, y el
dibujo y la pintura se convierten frecuentemente en pasatiempo o en profesión.
Al sensual nativo de
este signo le tranquiliza el color del cielo. Los matices del azul impregnan de
paz sus emociones, y lo mismo, aunque en menor grado, sucede con el rosa y el
salmón, pero nunca el rojo, como puede confirmarlo cualquier matador. También
los tonos verdes y castaños de la naturaleza le resultan sedantes. Con el verde
del papel moneda y una casa de piedra castaña puede estar perfectamente
satisfecho.
Aunque las ideas de
Tauro son siempre sensatas, también pueden brillar con la claridad y la hondura
de quince preciosos zafiros que se suman a seis clases de buena suerte, a
medida que doble su dinero bajo la benévola sonrisa de los dioses.
Nada es pequeño en
Tauro, ni su capacidad para el amor duradero ni su potencial para la riqueza.
El cobre, el metal del Toro, es excelente conductor del calor y de la
electricidad, y reluce con satinada belleza a lo largo de años de trajín y uso.
Que los excitables se apresuren por llegar, a codazos, a primera fila. La
tranquila naturaleza del Toro no necesita de antorchas que le iluminen el
camino hacia la seguridad que él busca. Algún día el éxito le llegará, y él
estará preparado. Como desde su lejanía Venus derrama sobre él el amor del
lujo, puede pagar caras sus posesiones y atesorarlas durante toda la vida; sin
embargo, es enemigo declarado del derroche y de la extravagancia. Su hogar es
su castillo... y que nadie vaya a perturbar la paz del Toro. Tauro es paciente
como el tiempo mismo, hondo como la selva, dueño de una fuerza capaz de mover
montañas. Pero es cabeza dura.
Linda, Goodman
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